Para cerrar la serie de mis primeros pasos en el mundo de la informática, la tercera máquina que tuve fue un Amstrad PC1512
SD, que se empezó a vender en 1986. El primero que era realmente lo que se entiende hoy en día por un
PC. Aún no tenía disco duro de serie (pero venía preparado para incorporarlo a posteriori, los había de 10 y 20 MB) y tenía una disquetera para discos de 5"¼ de 360 kB de capacidad. Tenía un monitor monócromo (PCMM), una teclado QWERTY completo y (atención) un ratón de dos botones a la izquierda del ordenador (!). Pagando un poco más, en el
pack se incluyó la impresora Amstrad DMP3000, una matricial de 80 columnas extremadamente ruidosa pero eficiente que funcionaba con A4 y con papel perforado.

En sus tripas, tenía un procesador intel 8086 a 8 MHz y 512 kB de memoria
RAM (ampliable a 640 kB) y también incluía un
socket por si se le quería añadir un coprocesador matemático intel 8087. Los gráficos eran
CGA a 4 colores (en mi caso 4 tonos de color crema, dado que el monitor era monócromo) y que alcanzaban una resolución de 640×200.

Como software ya tenía lo que es propriamente un sistema operativo, en este caso venía con
MSDOS 3.2 y con
DOS Plus 1.2, también tenía
GEM un sistema de ventanas portado desde
CP/M que incluía
GEM Desktop 2.0,
GEM Paint 1.0 y Locomotive
BASIC 2 1.0. Todo esto cabía en 4 disquetes 5"¼, que venían en un colorido estridente como puede verse.

Los juegos fueron una parte importante de este
PC. Con el ordenador regalaban 2 bastante míticos, el “Phantis” y el “Game Over”, ambos de la empresa española Dinamic Software (después Dinamic Multimedia), el “Game Over” causó mucho revuelo al publicarse fuera de nuestras fronteras porque en la portada se veía una mujer con medio pezón descubierto y a los anglosajones casi les dió un síncope de puritanismo. Luego vendrían clásicos impresionantes (y españoles) como “La Abadía del Crimen”, “La Aventura Original”, “Goody”, “Livingstone Supongo” o “Corsarios”. Y juegos de fuera, por supuesto, como “Tetris”, “Prince of Persia”, “Budokan”, “Defender of the Crown”, “Winter Games”, “Summer Games”, “California Games” (estos últimos de deportes claro) y muchos más que no recuerdo. No sé las miles y miles de horas que habré pasado bajo la radiación catódica de ese monitor de 4 tonos, pero mereció la pena.
Ese fue el último ancestro que utilicé, luego ya me pasé a los ordenadores modernos (pentium), quizá más vulgares y con menos encanto.