GNU+Linux

Gracias al trabajo voluntario y desinteresado de miles de personas que desarrollan software libre existe el servidor de la foto, ese servidor que aloja páginas web, un foro de PHP + MySQL, correo electrónico, FTP y un montón de herramientas y utilidades más. El servidor está montado con piezas viejas de ordenadores desmantelados y no hace falta más, sobre todo porque los requisitos son muy económicos gracias a que es un sistema Debian GNU+Linux. Ayer mismo le pusimos una pegatina GNU+Linux bastante fea, pero el mensaje es más importante que la imagen, ese ñu (mascota de GNU) y ese pingüino (llamado Tux y representativo de Linux) vuelan juntos, y es que son indisociables el uno del otro.

El gran Richard Stallman insiste —y con razón— en que no llamemos a secas a Linux, sino que nos refiramos a ello como GNU+Linux o GNU/Linux. Yo lo entiendo de la siguiente manera, GNU es un conjunto de herramientas libres de nivel básico sobre las que funciona un núcleo (kernel) que es Linux. Sin GNU no habría Linux, y eso es lo suficientemente importante como para que se use la nomenclatura que promueve Stallman desde la FSF. Una persona normal que lea esto dirá ¿cuál es el problema? Pues el problema es a mi entender un déspota llamado Linus Torvalds, creador del núcleo Linux, y que se cree a si mismo como lo más grande e imprescindible del software libre, y que no quiere que el nombre de su núcleo aparezca asociado a GNU obviando que sin éste su núcleo no serviría para nada. Aparte de esa idea negacionista que albergan él y sus seguidores, el hombre es un prepotente y un borde en cuanto alguien no piensa como él quiere.

No se puede negar el valor grandísimo del trabajo profesional de Linus Torvalds, y todo lo que significó y significa para el mundo del software libre con la aportación del núcleo Linux a GNU, pero eso no quiere decir que tengamos que soportar su personal y (cada día más) errónea filosofía con respecto al software libre.

Desde GNU se está desarrollando lentamente un núcleo llamado Hurd, que sigue la auténtica filosofía del software libre, y aunque está muy verde, quizás un día sea un sustituto del núcleo Linux. Yo estoy deseando usarlo y olvidarme del pingüino.

Chewing Wood

¿Quién no ha mordisqueado alguna vez el lápiz Staedtler, el bolígrafo BIC, o el Pilot de turno? Nos pasamos gran parte de la vida académica o laboral chupando la esencia de la madera del lápiz, junto con restos de pintura y productos químicos, o intentando inútilmente extraer algo del plástico de un bolígrafo. Pues lo mismo debieron de pensar en la empresa belga Yelove, que va a comercializar madera aromatizada para mascar y chupar (pero no para comer). El invento se llama “Chewing Wood”, y viene en un paquete que cuesta 5€, es parecido a las cajetillas de tabaco, y contiene 5 unidades.



La madera es de tilo, y los sabores disponibles (de momento dicen) son canela/naranja y menta/clorofila. Dicen además que no tiene calorías y que es ecológico y biodegradable. Un nuevo concepto por lo visto, aunque yo le veo poquito futuro, de todas maneras si tengo la ocasión lo probaré por pura curiosidad. Aquí está la página web (hecha por Hélène) para los que también sientan curiosidad: www.chewingwood.be.

Eat your heart out!

Entre hoy y ayer mi ordenador recibió una ligera puesta al día en dos frentes, procesador y monitor. El procesador no tiene más misterio que comprar uno más potente en ebay de segunda mano por poco dinero, pasando de 750 MHz a 1,1 GHz 1,2 GHz (se suponía que iban a ser 1,4 GHz pero la placa aparentemente no da para más). Aparte de ganar unos ciclos, que tampoco es para tanto, lo que más me gusta es el nuevo monitor.



Me decidí por un Samsung porque me venía bien recomendado por un amigo, y además me daba buenas vibraciones esa marca en este dominio concreto. Di el salto también en pulgadas, tenía un CRT de 17" a 1024*768 que se estropeó hace ya casi dos meses, y lo sustituí temporalmente por otro CRT de 14" a 800*600 que casi me deja ciego, y ahora finalmente puedo presumir de un TFT de 19" a 1280*1024 ¡oh! Qué grande y qué bien se ve, estoy encantado.

Jericho

No es una mala serie, pero no es nada “nuevo”. Es bastante intrigante, y explota la psicología del grupo humano aislado, en este caso un villorrio llamado Jericho perdido en medio de Kansas, todo ello lleno de estereotipos muy americanos, la pareja en crisis con niño, el joven rebelde que vuelve al pueblo maduro y responsable, pero al que todos siguen creyendo un gamberro y su exnovia rubia que ahora tiene otro novio, el sheriff gordo e inútil, el alcalde que manda con mano de hierro, el negro sabiondo y misterioso que acaba de llegar, una banda de “malos” que vive a las afueras, el huerfanito, etc.



El argumento, muy de los 50, es qué pasa si hay un ataque nuclear en las grandes ciudades norteamericanas y se acaba todo, electricidad, televisión, radio, gasolina, comida, agua, medicinas, etc. Qué pasa si no viene nadie, si no saben quién atacó, ni si es una guerra, ni si están siendo invadidos. Se empieza a racionar todo, empiezan las peleas por conseguir cosas, la gente se vuelve agresiva, y a pesar de todo se intenta mantener el orden, esperando sin cesar que llegue la ayuda, o simplemente información. Un escenario muy improbable, pero no imposible, una situación estresante al máximo y que engancha al espectador.

Recomendable si no se tiene nada mejor que ver o hacer, y una vez más, la he conocido gracias a Hélène.