Shake your moneymaker!

Segunda oportunidad al cine español, en vez de ir a ver un estreno de esos multimillonarios como la decepcionante “Alatriste”, fui a ver “La Máquina de Bailar”, una comedia protagonizada por Santiago Segura, y en esta no se salva ni el apuntador.

No es que sea mala, es que es horripilante. Sabiendo qué actores salen, conociendo la temática y habiendo sido producida por Antena 3, cuando entras ya te imaginas que vas a asistir a la proyección de una basura, pero es que el término basura se queda corto. Es como cuando vas a comer al McDonalds que ya sabes que te van a dar mierda, pero cuando lo pruebas sabe a vómito fermentado, pues la película lo mismo.

Y no, no fui a verla, me llevaron a verla, menos mal que me invitaron porque sí que me escocería haber gastado 6€ en semejante mamarrachada.

No juegues conmigo

El fantoche del Papa ya no sabe qué hacer, ni qué decir para que los islamistas le dejen en paz, ya pidió perdón varias veces y sólo le queda que venga algún fanático para que le dé unos latigazos en plan redención. Sería digno de ver.

Lo de los islamistas es una de esas cosas raras que funciona sólo en un sentido, tú tienes que ser tolerante con ellos, con su religión y con sus costumbres, pero ellos no tienen que serlo contigo. Eso crea problemas a algunas personas, como lo de las declaraciones del Papa o aquellas famosas caricaturas de Mahoma. Ellos que son tan “civilizados” y, por supuesto, “no violentos”, se dedican a hacer manifestaciones quemando banderas, monigotes, símbolos occidentales, atacan embajadas, y amenazan de muerte a todos lo que no son musulmanes, vamos, los “infieles”, salen los ayatolás clamando que el “Islám prevalecerá”, que si el Papa está haciendo una nueva cruzada, y bla, bla, bla. Cuánta tolerancia.

Yo estoy de acuerdo con la famosa “Alianza de Civilizaciones” del inocente de Zapatero, pero con un añadido, para mí lo válido sería la “Alianza de Civilizaciones Occidentales” porque lo que realmente está en peligro es nuestra cultura y nuestras costumbres, nos dejamos fagocitar con tanta facilidad que dentro de poco la bandera de la Unión Europea no tendrá doce estrellas, sino doce medias lunas.

Cada uno en su casa y dios en la de todos, cojones.

Alatriste

¡Pero qué tostón! Casi me duermo y todo. Quizás iba mal informado, a ver una película con ciertas dosis de acción y aventura, y lo que vi fue una historia aburrida y larguísima con 2 batallas y un par de duelos ¿el resto? violines y ñoñería.

Que conste que no he leído los libros de Alatriste, así que sobre la adaptación no tengo nada que decir, salvo que todos los que leyeron el libro dicen que nada corresponde (que parecer ser lo normal). Desde luego si los libros son igual de lentos y cansinos que la película no apetece leerlos.

El guión —quizás por querer comprimir en un par de horas varios libros— tiene varios saltos temporales grandes que no se acompañan de ninguna explicación clara y de ningún cambio aparente en el entorno o los personajes, está mal hilvanado y la (supuesta) trama es confusa, puede que los lectores de la saga lo tengan más claro, no sé.

Mortensen está bien en la continuación de Aragorn, una estatua de hielo con espada, esta vez incluso llora cuando su amada actriz (en el libro es una puta, me comentan) se muere de sífilis. El resto de los actores sin pena ni gloria, un reparto de despojos de las series de televisión en su mayoría, con Unax Ugalde como hijo adoptivo de Alatriste y al que le deberían dar algunas lecciones para ser actor, amén de unas cuantas clases para que aprendiese a vocalizar.

La única cosa reseñable de este bodrio multimillonario es la ambientación y el vesturario, geniales ambos, el resto es para tirar por el retrete junto con la cara entrada de cine.

Fin de temporada