Hoy es el 8 de septiembre, día de la asturianía, y como asturiano no puedo dejar de celebrar semejante evento. He visto con cierta sorpresa que en varias ventanas y balcones los particulares han puesto banderas del Principado, supongo que serán las que han reciclado después de haber ido a ver a Alonso, el nuevo asturiano de oro. Yo también voy a colaborar con nuestro orondo presidente —que ya fue ayer rodando cuesta arriba a Cuadonga— en las celebraciones de tan especial día, y para la ocasión crear una nueva bandera de Asturies, que refleje la realidad del Principado de manera más fiel y sobre todo más acorde con la visión particular de los bolsillos de nuestros maravillosos políticos. Estoy seguro de que si Areces y toda su cuadrilla de sanguijuelas, incluyendo a todos los demás políticos de nuestra bella y decadente comunidad autónoma, ven el nuevo estandarte quedarán prendados de él, y me comprometo a hacerlo libre de copyright para que lo puedan usar a destajo en todas sus intervenciones demagógicas. ¡Puxa la corrupción y el lucro personal!
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